Noche sin luna
triste y callada,
olvidaste las estrellas de tu vestido,
se las regalaste al viento,
el viento avaricioso
se las llevó escondidas
en un bolsillo,
de su traje gris.
Pronto el amanecer
saludará al día,
y las nubes dejarán
ver el sol.
Buenos días, que lindo poema nos dejas Amapola, te mando un abrazo y un besote.
ResponderEliminarEl poeta León Felipe identificaba al viento con el destino. Lo consideraba una representación de lo irremediable y caprichoso. Y creo que tuvo una idea bastante acertada en hacerlo así.
ResponderEliminarY me temo que algo parecido haces tú, amiga mía. Es curioso. No sé sí has leído a ese poeta pero, al menos, es similar el concepto.
Me quedo con esas dos últimas estrofas, todo un gran símbolo a la esperanza. "...y las nubes dejarán ver el sol". Así es y así será, Amapola. Pero recuerdo que en tu alma, brilla otro sol que brilla en tu mar interior. No lo olvides...
Un enormeeeeeeeeeeeeeeeee abrazo, querida amiga!!!
Preciosos versos, Amapola, suenan esperanzados...
ResponderEliminarPus yo anoche estuve viendo y fotografiando a la luna.
ResponderEliminarBesos
¿Por qué será que sufrimos más las noches sin luna que los días sin sol?
ResponderEliminarSaludos,
J.
Y el sol evidenciará esas estrellas.
ResponderEliminarUn abrazo.
Los amaneceres tienen algo mágico y es que son como una invitación a dejar todas las oscuridades atrás, las visibles y las invisibles.
ResponderEliminarMi abrazo para ti, que tengas una excelente semana. Paty
bueno, en realidad la luna siempre está ahí aunque uno no la mire, como decía einstein. incluso si es luna nueva y está oculta, nos observa y protege durante la noche...
ResponderEliminarbesos!!